1. Auditar las habilidades lingüísticas en todos los puestos: No limite las evaluaciones a los pilotos y controladores. Incluya a la tripulación de cabina, al personal de tierra y a los equipos de mantenimiento en sus auditorías lingüísticas para identificar riesgos ocultos.
2. Aprovechar la tecnología para obtener escala y flexibilidad: Las plataformas basadas en inteligencia artificial y las aulas virtuales permiten impartir formación a equipos dispersos y con horarios irregulares, algo fundamental para las aerolíneas con operaciones globales.
3. Adoptar formación específica para el sector: Los cursos de inglés genéricos no son suficientes. Elija programas que integren terminología aeronáutica, protocolos de emergencia y situaciones de atención al cliente.
4. EmbeIncorporarel aprendizaje de idiomas en el desarrollo del talento: Posicione el dominio del inglés como una competencia básica vinculada a la progresión profesional. Este enfoque no solo mejora el cumplimiento, sino que también aumenta el compromiso de los empleados.
5. Planificarla mejora continua: Las habilidades lingüísticas se deterioran con el tiempo. Establezca ciclos de pruebas periódicas y cursos de actualización para mantener el cumplimiento de la OACI y la preparación operativa.