19 de noviembre de 2025

Lo que el EF EPI 2025 revela sobre la preparación global de las industrias

Conclusiones del Índice EF de Competencia en Inglés 2025

El dominio del inglés se ha convertido en un factor definitorio del rendimiento de la industria mundial. Influye en la forma en que las organizaciones comparten conocimientos, coordinan las cadenas de suministro y cumplen las normas internacionales. El EF English Proficiency Index (EPI) 2025 revela cómo varían las competencias lingüísticas entre sectores y funciones laborales, y dónde las brechas en la comunicación pueden limitar la productividad, la seguridad y la innovación.

El Dr. Christopher McCormick, Director Académico de EF Corporate Learning, destaca las tendencias regionales e industriales más relevantes en materia de dominio del idioma.

Ventaja de la innovación en los sectores de alto rendimiento


Las industrias que dependen del intercambio global de conocimientos siguen a la cabeza. Las tecnologías de la información, los servicios profesionales y los medios de comunicación se sitúan en la banda de competencia moderada, seguidos de cerca por la construcción y la ingeniería.

En tecnología, el inglés proporciona acceso directo a los lenguajes de programación, la documentación de software y las redes de desarrolladores de todo el mundo. En los servicios profesionales, permite a las empresas gestionar la normativa transfronteriza y las relaciones con los clientes. Un buen dominio del inglés acelera la innovación, ya que los equipos que trabajan con confianza en este idioma pueden interactuar directamente con nuevas herramientas, investigaciones y colegas de todo el mundo, en lugar de depender de traducciones limitadas o de una comunicación intermediada. Del mismo modo, como las tecnologías emergentes suelen lanzarse primero en inglés, la capacidad lingüística se convierte en un marcador de madurez digital.

Sectores operativos con riesgo de comunicación


Sectores como el manufacturero, el logístico, el energético y el químico se sitúan en la franja de competencia baja. En estos entornos, los fallos de comunicación acarrean costes operativos y financieros. Las instrucciones de seguridad o las especificaciones de producción mal entendidas pueden provocar retrasos y riesgos de incumplimiento.

La industria manufacturera depende de cadenas de suministro globales de varios niveles que dependen del inglés para su coordinación. Reforzar la capacidad lingüística de los equipos de ingeniería, control de calidad y supervisión es, por tanto, esencial para mejorar la coherencia y reducir los riesgos en las operaciones internacionales.

Elevar los estándares en sectores regulados y centrados en las personas


El sector sanitario se sitúa en la franja baja de competencia lingüística, a pesar de la creciente demanda de talento que lleva a la contratación internacional. Según la Organización Mundial de la Salud, se prevé que la escasez mundial de personal sanitario supere los diez millones en 2030, por lo que un dominio limitado del inglés puede ralentizar la incorporación de los profesionales contratados más allá de las fronteras y afectar a la seguridad de los pacientes. Integrar la evaluación y la formación en inglés en la planificación del personal puede ayudar a garantizar unos niveles de atención coherentes y una colaboración eficaz en equipo.

En la aviación, la conexión entre idioma y seguridad se está integrando en la normativa. A partir de enero de 2026, todo el personal de operaciones en tierra deberá estar en posesión de un certificado OACI de competencia lingüística en inglés de nivel 4 o superior. Esta ampliación de las normas existentes reconoce que la competencia comunicativa es esencial para el cumplimiento de las normas.

Tanto la defensa como la administración pública figuran entre los sectores con peores resultados. Aunque sus operaciones suelen centrarse en el ámbito nacional, dependen de una comunicación transfronteriza precisa para la alineación de políticas y la cooperación en materia de seguridad. Reforzar la competencia lingüística en estos ámbitos favorece la capacidad nacional y la colaboración internacional.

Reducir las brechas de competencias entre funciones laborales


El EF EPI también pone de manifiesto las disparidades dentro de las organizaciones. Las funciones de estrategia, I+D y IT son las que muestran un mayor dominio, mientras que las funciones de apoyo y operativas se quedan atrás. Este desequilibrio puede debilitar la ejecución, ya que los líderes pueden comunicar las estrategias con eficacia, pero los equipos pueden tener dificultades para aplicarlas en contextos multilingües.

Las herramientas de evaluación basadas en IA permiten ahora medir de forma gratuita las cuatro habilidades de competencia en todas las funciones y regiones, ofreciendo información sobre dónde existen barreras de comunicación. Las intervenciones de aprendizaje dirigidas, específicas para cada función e incluso personalizadas pueden reducir estas brechas y garantizar que todos los empleados estén preparados para la colaboración internacional.